14 de Abril de 2009

MADRID

Visitamos fugazmente Madrid, Puerta del Sol y un poco de tapeo, no nos sorprende la gran ciudad. Las ganas de conocer Cuba no nos deja disfrutar de la capital española.

Caminamos con las pesadas mochilas y atravesamos la ciudad en Metro, combinando una y otra vez hasta llegar a Barajas.

El avión despega puntual, empieza a carretear hasta levantar vuelo y se pierde entre las nubes, comienza el camino.

CUBA

Enciendo un cigarrillo en medio del aeropuerto y nadie me dice nada, debemos estar en Cuba.

A gritos un hombre reclama las valijas perdidas hace tres días, entre ansiedad y deseo de que las nuestras no corran la misma suerte pasamos los primero minutos en La Habana.

Sin demoras aparecen las mochilas, todo va perfecto. Afuera los taxistas se arremolinan tratando de subir a su “tásis” a algún turista.

Subimos al nuestro, bocinazos, alguna puteada y carros increíbles de los años anteriores a la revolución se mezclan con muchos LADA destartalados.

Vamos al Vedado, allá nos espera Doña Zoila, una amable viejita que nos invita a pasar y nos trae un café mientras nos muestras las que será nuestra habitación los próximos dos días.

Salimos a comer y tropezamos con un barcito, por así llamarlo, que vende pan con perro, cervezas y no mucho más, eso si, no falta la tele transmitiendo el partido de baisball de turno.

Seguimos caminando en busca del primer Daikiri revelde, nos metemos en Fresa y Chocolate, un centro cultural donde suena una trova en vivo bastante interesante.

Dos canciones y el show se acaba repentinamente, no son ni las 23 Hs.

Dos muchachos se presentan y nos invitan a sentarnos a su mesa, son los músicos.

Borrachos?? Drogados??? No lo se, no se distingue a simple vista. Uno casi no puede hablar y el otro, muy verborrájico, nos dice que vallamos a su casa, que habrá fiesta y que si le damos dinero el consigue lo que sea.

Nos dice que es cineasta, que filma cortometrajes, pero que su finalidad en esta vida es drogarse.

Insiste en lo del dinero, dice que si no tenemos, no le interesa hablar con nosotros, dice ser sincero, y que si no aportamos nuestros Pesos Convertibles que ni siquiera le hablemos.

Estamos sorprendido por nuestro primer contacto con un cubano y cansadísimos por tanta horas de vuelo.

Dejamos a los borrachos discutiendo entre ellos y nos vamos a dormir.

15 de Abril

Nos levantamos temprano y salimos a caminar por la Habana. Hermosa, intranquila y colorida, parece haber sufrido un bombardeo recientemente.

Salimos del Vedado por calle 23 (repleta de cines, plazas y niños que van a la escuela), hasta llegar al Malecón.

Caminamos por pequeñas calles donde la gente se busca la vida de cualquier manera, estamos en la vieja Habana, se funde la zona turística con los conventillos mal olientes, grandes hoteles, bares, restaurantes de lujo, monumentos, mendigos, jineteros, adinerados turistas, mercados, colas interminables para conseguir un helado o una pizza y muchas más cosas mezcladas armónicamente.

El Che, Martí, Fidel, los 5 y toda clase de propaganda y héroes nacionales adornan calles y plazas.

Visitamos la Plaza de las Armas donde comenzó la historia de la ciudad. El Templete, un pequeño edificio neoclásico, ubicado en la plaza donde también se alza una Ceiba que concede deseos, y donde la gente descansa tranquilamente mientras rebuscan entre montones de puestos de libros alguna sombra para comer.

Visitamos el Palacio del Segundo Cabo, con un increíble patio interior, el Palacio de los Capitanes Generales con su infaltable estatua de Colon, el Castillo de la Real Fuerza, la Plaza de la Catedral, la Casa Lombillo, el Palacio del Marqués de Arcos y el Palacio de los Condes de Bayona.

Descansamos un momento y nos tomamos unos mojitos sin alcohol, que para nuestra sorpresa, lo pagamos por una cantidad desorbitada. Compramos puros, también carísimos y seguimos viaje.

Vemos la Fuente de los Leones de Gaggini, rodeada de bellas mansiones coloniales.

Nos vamos a la Habana centro donde nos sorprende el Capitolio, un edificio gigantesco que parece un cruel espejismo norteamericano dentro de una ciudad calida y caribeña, pues nos hará creer que estamos en Washington.

Otro edificio situado a un lado del Capitolio es el Gran Teatro de la Habana, que da fe de la pujanza de la comunidad española en Cuba.

Agotados, acalorados y sin fuerzas, nos comemos un arroz con cerdo servido en una cajita de cartón y sin cubiertos y nos vamos a casa de Zoila a descansar.

Por la noche cenamos tranquilamente y después de unos mojitos nos vamos a la cama.

16 de Abril

Por la mañana visitamos la descomunal Plaza de la Revolución, con su gran retrato del Che estampado en el Ministerio del Interior, después de haberla visto tantas veces por televisión y fotos, ahí estamos parados en medio de semejante plaza. De allí a la estación de bus a comprara los pasajes para Baracoa, en la otra punta de la isla.